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miércoles, 8 de agosto de 2012

Europa en Moto 2012 - Relato 3 - Entre Italia y Suiza


Hoy  Paloma, Lola y yo, cumplimos 11 días en la carretera. Durante este tiempo hemos rodado 3 mil y pico kilómetros y cruzado 4 países (España, Francia, Itália y Suiza). En algunos momentos hemos sentido calor y ganas de tirar la ropa de moteras lo más lejos posible, en otros hemos dados gracias a Dios por tenerlas protegiéndonos de la lluvia y del viento frío. Hemos hablado otros idiomas (o por lo menos hemos intentado hacerlo), hemos visto paisajes verdaderamente impresionantes y rodado por carreteras alucinantes, hemos subido y bajado puertos hemos comido como reinas y, por despiste hubo momento que nos faltó incluso agua. Hemos descubierto que en pleno año 2012 en los Alpes italianos es comun encontrar en vez de retrete un agujero en el suelo del baño y además de la pila para lavar las manos, te encuentras una manguera para lavar los pies (y no hace falta explicar el porqué, ¿verdad? - Glamour NULOOOOOOO). Nos dimos cuenta de que los franceses saben ser muy amables y que Suiza además de preciosa y CARÍSIMA tiene almohadas gigantes en las camas de los hoteles.
Los "retretes" que nos encontramos por los Alpes Italianos
"Pila" para lavar los piés depués de ir al baño"
Entre tantos descubrimientos, me encanta constatar que no podia haber elegido mejores compañeras de viaje que las que tengo. Paloma y Lola, dos verdaderas campeonas. Lola por poder con nosotras, con todo lo que llevamos encima. Por hacer este viaje algo más cómodo y seguro, por brindarnos velocidad para adelantar cuando nos hace falta, y estabilidad y potencia en las tantas curvas cerradas que hemos tenido que coger a muy bajas velocidades.
Paloma me regala cada día la alegría de una convivencia fácil, ligera y fluída... me sorprende su capacidad de adaptación a realidades tan distintas a la suya y sus ganas de colaborar en todo. Se viene mostrando una mujer valiente capaz de controlar sus tensiones (no sin apretarme los michelines) y con sentido de humor, capaz de grabarme un vídeo bajo la lluvia y en medio de la niebla, a 2.400m de altitud en el que  yo bailaba invocando al "dios sol" por ver si podíamos bajar el puerto.
Da gusto ver como desarrolla sus capacidades, en Francia le entró el don de lenguas y nos resolvió la vida. Además, hay que reconocer que la vida de paquete no es fácil, quita guantes paga peaje, se pone los guantes, baja de la moto saca foto sube a la moto, baja a ver cuanto es el hotel, vuelve a subir, ordena maleta, ayuda a cargar, mira a ver si vienen coches y para completar, "mi paquete" ha venido con masajeador incorporado, es la leche :)))
Y para que eso no quede en plan muy pelota la voy a delatar... la he pillado en la más absoluta "ilegalidad", cada día voy descubriendo cosas que en teoria no tenian que haber venido. Para que hagais una idea de lo que os cuento llevo tres dias dando vueltas a camisetas usadas y a ella le queda ropa para um mes. :/
Bueno pues en este plan vamos avanzando y disfrutando de todo lo que toca vivir cada día. En Itália estuvimos en un camping dentro del Parque Nacional Gran Paradiso en el Valle de Cogne, una preciosidad de sitio, teníamos la tienda plantada en un rincón alejado de todo y dormíamos cada día escuchando el río, los truenos y los ruídos raros que venian del alto del glaciar que teníamos al lado.

Mansión Gaspar Alameda en el PN Gran Paradiso (Italia)


Hemos hecho senderismo por el parque, comido queso de cabra de la región, y disfrutado de rutas estupendas, de distintos niveles de dificultad, la del valle de Valsavarenche además de preciosa, con pequeños pueblos medievales y cascadas con grandes torrentes fue una espécie de preparación para lo que vendría el día siguiente, la subida al puerto del Gran San Bernardo, el que delimita la frontera entre Italia y Suiza.

De senderismo por el PN Gran Paradiso

En Cogne
De ruta por el Valle de Cogne
Curvas del Valle de Valsavarenche
Cascada del Valle de Valsavarenche

Confieso que había algo de nervios, es un puerto mítico y sería el primer gran puerto de los Alpes, además íbamos cargadas, ya que de alli seguiríamos rumbo a Suiza. Intenté hacer que todo fuera muy natural e tratando de que Paloma disfrutase del paisaje (que es algo absoltamente flipanteeee...) y prestase menos atención a las curvas, pero la táctica no funcionó, cada vez que le decía "mira a la derecha, que espectáculo", ella me decia "tú no mires, tú no mires... ya te contaré yo, tú mira pa`lante" de manera que me tenía terminantemente prohibido quitar los ojos de la carretera.

En la subida para el puerto del Gran San Bernardo I

En la subida para el puerto del Gran San Bernardo II

Nada más tomar el desvío que evita el túnel empenzó a llover, un poquito más de emoción para estos dos jóvenes corazones... la carretera se empina más y más, curvas cerradas a la derecha, curvas cerradas a la izquierda, lluvia y algún que otro motero "kamicace" que pasaba muy cerca de nosotras. Con todo eso nos fue imposible no parar para fotografiar aquél espectáculo de la naturaleza. Aquellas montañas son muy, pero que muuuuuy impresionantes.
Conquistar el Gran San Bernardo fue algo increíble y emocionante y como no podia dejar de ser, sacamos muchísimas fotos y compramos nuestras "medallas" unos parches para nosotras y una pegatina para Lola. Eso va guardado como un tesoro juntos a los pasaportes.
En el Gran San Bernardo - Al fondo Suiza y en primer plano Italia

Paloma en el topo del mundo :)

Yo intentando terminar de creérmelo

Sí, sí, sí...



Cuando empezamos a bajar por la vertiente Suiza ya había dejado de llover, ¡menos mal!, porque las curvas eran tan cerradas que los Suizos tenian espejos para que se pudiera tener una idea de lo que estaba viniendo desde el otro lado (flipante, no lo habíamos visto en la vida).
Nada más bajar la parte más alta de la montaña nos encontramos  con el "Joe Bar Team", dónde claro, no tuvimos más remédio que parárnos para tomarnos una coca-cola... había un rollo motero genial,  aunque éramos las únicas mujeres.
Llegando al Joe Bar

Seguimos viaje por las bonitas carreteras suizas hasta un pueblo encantador llamado Brig, dónde después de tanta tensión/emoción vividas, nos regalamos con la comodidad de un hotel en vez de un camping, la degustación de un entrecot a la brasa acompañado de un buen vino de la tierra y de la satisfacción de haberlo vivido.

2 comentarios:

  1. wowww Dany si si mucho 5* pero veo que los hotelitos guapos mooooolaaaann jajaja, bonito relato cuidaros

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    1. Sí Gabs, es cierto... a veces molan hotelitos para descansar, pero ya hemos vuelto a los 5*, es que las vistas molan mucho más que las instalaciones!! :)))
      Un besazo

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