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viernes, 26 de agosto de 2011

2.500Km en solitario - Relato VI (Final)

El camino de vuelta a casa…


Tras la experiencia de anoche, no es que haya dormido muy tranquilamente. La alegría de llegar bien al camping no borró del inconsciente la tensión vivida y tuve una noche inquieta, con muchos sueños, de los cuales no me acuerdo claramente pero que dejaron en mí sensaciones raras y no precisamente agradables. Por la mañana me dolían las manos, los hombros, la espalda… Salí de la tienda y allí estaba Matilde, sucia, sin sus brillos habituales, el parabrisas lleno de mosquitos, teníamos “las marcas de la guerra”, pero estábamos listas para seguir adelante. Me decidí por una rutita corta, preciosa y que ofrecía emociones moderadas J
Nos fuimos a conocer el Cañón de Añisclo. Os recomiendo, hay una carreterita muy pequeña que se mete unos 10kms dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Es increíble… el cañón es fantástico, el color del agua alucinante, paisajes, realmente, preciosos. Me bajé varias veces para sacar fotos, para contemplar aquél regalo de la naturaleza y relajarme escuchando el  ruido del agua y de algún pajarito que cantaba por allí.
En el PN Ordesa y Monte Perdido / Cañón de Añisclo
Matilde en plan 4 x 4 ;)

Matilde en el Cañón de Añisclo
La carreterita y el río

Qué montañas!!!

Salimos del PN, subimos y bajamos montañas hasta que llegamos a la carretera principal, me paré en el primer bar que encontré, me tomé dos cañas y seguí para un rinconcito del río Cinca en dónde me había bañado otras veces… me metía en el río y volvía a “lagartear”,  a coger calorcito del sol en las rocas de la orilla, así me quedé durante horas y entonces me acordé de la pregunta que me hizo Chicu: “y cuándo piensas volver a casa?” y yo le contesté: “pues cuando se me acabe la pasta o las braguitas limpias” (ya sabéis que no puedo con las tareas del hogar).
El hecho es que se me acababan los dos y con ellos, el mes de agosto… Tenía que prepararme para volver a la rutina y a la locura que es vivir en Madrid (que conste que soy una enamorada de esta ciudad). Resolví aceptar la invitación de una amiga de San Sebastián para irme unos días a su casa, sería una “escala de adaptación” perfecta para volver al “mundo real”.
Yo "lagarteando" y despidiéndome de este sítio increíble

Por la noche en el camping mientras recogía las cosas para salir pronto el día siguiente, pensaba en lo rica que había sido la experiencia, en el paso largo que había dado el momento en que miré mi miedo a los ojos y le dije “puedo más que tú”. Conocí una parte de mí que casi a los 39 todavía estaba escondida (y de la que me apetece mucho disfrutar de ahora en adelante). Durante estos días he desarrollado habilidades, he conocido gente, paisajes y sensaciones inolvidables. Me veo capaz de más y deseo mucho más…
Había en mí una mezcla de alegría por lo que os acabo de contar, pero también, algo de nostalgia, por saber que la vivencia ya se estaba convirtiendo en recuerdo, dejaría allí, aquellas montañas que me enseñaron sus caras más preciosas y más asustadoras, dejaría allí aquellos ríos  que llevaron en sus aguas transparentes mis tensiones y de alguna manera dejaría también la “D. Soledad”, con quien por fin, he aprendido a convivir y os garantizo, tiene “mala cara” pero en el fondo es “muy buena gente”.
Al día siguiente, de camino a San Sebastián me pillé imaginándome en tierras más lejanas, con gente de cultura e idiomas diferentes (España, como Brasil, ya es mi país, eso ha sido como “viajar en casa”).  Y mientras dejaba atrás aquellos paisajes, mentalmente, iba construyendo un nuevo reto: Llegar sola, en moto a los Alpes, pasando por España, Francia, Italia, Suiza y Austria. Y ¿por qué no?
Me despido, dejando una cita del admirable Amyr Klink, que espero os anime a todas a afrontar y vencer vuestros miedos, a viajar (en el sentido más amplio del verbo) y descubrir dentro de cada una la fuerza y las capacidades que existen y que el automatismo de la rutina no nos permite ver.

“Un hombre necesita viajar por su cuenta, no por medio de historias, imágenes, libros o televisión. Necesita viajar por sí mismo, con sus ojos y pies, para poder entender lo que es suyo, para un día plantar sus propios árboles y darles su valor.
Conocer el frio para disfrutar el calor y viceversa. Sentir la distancia y el desabrigo para sentirse bien bajo el propio techo. Un hombre necesita viajar para lugares que no conoce, para romper con esa arrogancia que nos hace ver el mundo como lo imaginamos, y no simplemente como es o puede ser, que nos hace maestros de lo que no vimos, cuando tendríamos si es que ser alumnos y simplemente ir a ver”
San Sebastián - Una ciudad preciosa

En San Sebastián

En San Juan, al ladito de San Sebastián

4 comentarios:

  1. No me da tiempo de leer tu blog. Llego tarde al trabajo ya jaja
    Pero me parece muy interesante, en cuanto tenga un hueco, me lo leo ;)
    De paso te animo a que visites el mio y comentes.

    Tienes una nueva seguidora!

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  2. Hola Jade, gracias por tu visita y por hacerte seguidora de mi blog... seguro me pasaré por el tuyo.
    Un saludo

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  3. Que bueno que haya mujeres que se animen a esto de los viajes en moto y también a difundirlo... mis saludos!

    sebas...

    www.unavueltaporlatinoamerica.blogspot.com

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    Respuestas
    1. Hola Sebas

      Todavía somos poquitas pero sí que nos animamos a viajar en moto.Espero que con el blog más mujeres se animen a viajar porque es una de las mejores inversiones que se puede hacer en la vida:))
      Un saludo y enhorabuena por tu blog, está genial

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